El liberalismo nació como una filosofía política destinada a combatir las autocracias, particularmente las monarquías de derecho divino que imperaban en Europa. Hija directa de este pensamiento es la democracia liberal. En lo económico, los primeros liberales se preocuparon por la defensa de la propiedad privada, el libre intercambio de bienes y la competencia como medios legítimos de generar prosperidad en los pueblos. Su énfasis en la explicación del proceso de generación de riquezas tiene como contrapartida un déficit en materia de un justo esquema de redistribución social de la misma. Sus herederos contemporáneos se han cambiado el nombre, se llaman “libertarios” y agreden en sus formas todos los mecanismos institucionales de la democracia liberal, al mismo tiempo que preconizan, no un estado reducido y eficiente, sino la directa aniquilación del Estado. Su fomento irracional del egoísmo individualista en estado puro, promueve la destrucción de los valores comunitarios y la convivencia pacífica. Son los hoy llamados “populismos de derecha”. Bien decían los antiguos liberales que su doctrina tenía como fundamento esencial el irrestricto respeto por el otro y “darían su vida para que el Otro tenga la libertad de expresarse, aún en contra de sus ideas”. ( indebidamente se adjudica la cita a Voltaire, pero vale ). Me temo que mi admirado Vargas Llosa ( por sus dotes literarias ) empezó su mutación como un liberal y los años le fueron llevando ( un poco quizás debido a esa frivolidad que denuncias en su ancianidad ) a posiciones más “libertarias”, o quizás más alejada de la democracia liberal, por cierto hoy herida de muerte con el apogeo de una combinación de intereses apuntalados por la tecnología y las finanzas. Muy interesante tu artículo, me deja el sabor de una tertulia inacabada donde el ir y venir de argumentos irradia la apertura de las mentes a la reconsideración permanente de sus propios pensamientos. Abrazo grande!
Gracias, Sisto, por tu comentario. Siempre es muy informativo leerte y agradable saber que estás del otro lado. Creo que en general acuerdo con lo que decís sobre las actitudes de cierto grupo de los libertarios con respecto a la democracia. Lo que pienso es que quizás no son todos los libertarios así (hay muchas corrientes ahí dentro; no en los gobiernos necesariamente, pero en los grupos intelectuales). Y ciertamente no creo Vargas Llosa haya sido libertario. No lo digo ni para bien ni para mal. Creo que hay cosas libertarias que están bien. Creo que Vargas Llosa, al menos así se lo lee en este libro que comento, es mucho más un demócrata liberal. Digo, claramente un librecambista y un defensor de la prioridad del individuo, pero de una manera moderada como cualquier liberal de centro derecha.
El liberalismo nació como una filosofía política destinada a combatir las autocracias, particularmente las monarquías de derecho divino que imperaban en Europa. Hija directa de este pensamiento es la democracia liberal. En lo económico, los primeros liberales se preocuparon por la defensa de la propiedad privada, el libre intercambio de bienes y la competencia como medios legítimos de generar prosperidad en los pueblos. Su énfasis en la explicación del proceso de generación de riquezas tiene como contrapartida un déficit en materia de un justo esquema de redistribución social de la misma. Sus herederos contemporáneos se han cambiado el nombre, se llaman “libertarios” y agreden en sus formas todos los mecanismos institucionales de la democracia liberal, al mismo tiempo que preconizan, no un estado reducido y eficiente, sino la directa aniquilación del Estado. Su fomento irracional del egoísmo individualista en estado puro, promueve la destrucción de los valores comunitarios y la convivencia pacífica. Son los hoy llamados “populismos de derecha”. Bien decían los antiguos liberales que su doctrina tenía como fundamento esencial el irrestricto respeto por el otro y “darían su vida para que el Otro tenga la libertad de expresarse, aún en contra de sus ideas”. ( indebidamente se adjudica la cita a Voltaire, pero vale ). Me temo que mi admirado Vargas Llosa ( por sus dotes literarias ) empezó su mutación como un liberal y los años le fueron llevando ( un poco quizás debido a esa frivolidad que denuncias en su ancianidad ) a posiciones más “libertarias”, o quizás más alejada de la democracia liberal, por cierto hoy herida de muerte con el apogeo de una combinación de intereses apuntalados por la tecnología y las finanzas. Muy interesante tu artículo, me deja el sabor de una tertulia inacabada donde el ir y venir de argumentos irradia la apertura de las mentes a la reconsideración permanente de sus propios pensamientos. Abrazo grande!
Gracias, Sisto, por tu comentario. Siempre es muy informativo leerte y agradable saber que estás del otro lado. Creo que en general acuerdo con lo que decís sobre las actitudes de cierto grupo de los libertarios con respecto a la democracia. Lo que pienso es que quizás no son todos los libertarios así (hay muchas corrientes ahí dentro; no en los gobiernos necesariamente, pero en los grupos intelectuales). Y ciertamente no creo Vargas Llosa haya sido libertario. No lo digo ni para bien ni para mal. Creo que hay cosas libertarias que están bien. Creo que Vargas Llosa, al menos así se lo lee en este libro que comento, es mucho más un demócrata liberal. Digo, claramente un librecambista y un defensor de la prioridad del individuo, pero de una manera moderada como cualquier liberal de centro derecha.
Tremenda nota, Manuel.